Nuestra decisión de comenzar a tostar café en el año 2008 fue motivada por la necesidad de ofrecer un café de calidad a los extranjeros que nos recomendaban en la región cafetera, donde las opciones eran limitadas en ese momento. En 2014, optamos por abrir la tienda debido al potencial que veíamos como familia en la casa que perteneció a nuestros abuelos. El abuelo Jorge Tulio Londoño le prometió a la abuela Sofía Bermúdez que vivirían en esa casa, pero al no querer deudas, cumplió su promesa en los años 80, convirtiendo este lugar en un punto de encuentro que databa de los años 20, cuando era un granero y un punto de comercio a caballo en el camino hacia Filandia.